veo en la mañana como cambian los colores, como llega hasta mi cara aquella blanca brisa marina.
camino todo el día bajo las nubes transparentes, sintiendo al mismo tiempo como mis piernas desvanecen.
le pido al sol un poco de salvia para saborizar con olores el camino mar adentro, mientras cierro los ojos recordando nuestro sueño.
llega el crepúsculo, pero no lo noto, la neblina me contamina y comienzo a perderme dentro del mar.
estoy en el centro y ya no veo nada, la sangre corre detrás, cierro los ojos y comienzo un sueño notando que no volveré jamás.
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