Thursday, February 23, 2006
.es de noche es esta ciudad donde el tráfico nunca termina, donde los peces y las nubes no existen en los sueños de los personajes de la historia de la ciudad. Mi miedo radica en perder mi sueños, en dormir pensando en la realidad oculta en las paredes de tristeza, en los cielos grises, en las lágrimas de lo no existente. Mi pared es grande y mis ojos se hacen pequeños, mi miedo a la grandeza esta ligado a los ojos que se fuman el cristal cortado que nace de la lluvia.
Hace frío, hace calor, tiemblo a cada segundo, tiemblo al darme cuenta que mi estomago esta vació, que mi alma necesita un abrazo, que necesito a mi mundo envuelto en la bola amarilla donde se puede correr alrededor de una fogata hasta morir de risa, revolviéndonos en carcajadas.
Quiero volar y ser feliz en este mundo ajeno a mi pensar, quiero parar a cada transeúnte y decirle que debajo de sus piernas existe un mundo maravilloso que eleva al alma hasta el infinito mundo verde de las noches de felicidad eterna. Quiero golpear las puertas y gritar hasta que mi alma sienta el abrazo de la tempestad habitual que habita en mi corazón brillante.
Deseo un mar, deseo un cerro, deseo subir hasta la cima de los sueños de los locos y aventar confeti de maíz (no para que lluevan palomitas) sino para crear casas que se puedan comer. Aunque pensándolo bien aventare cacao, para que endulcen la vida de los amargos que se entristecen por no poder correr más rápido y llegar así a su vida programada.
Loca, estoy loca, voy a navegar con los ojos cerrados, escuchando las postales que se crean con los sonidos que la vida rutinaria puede elaborar. Taparé mi nariz para no oler la tristeza y me aventaré a la tierra para poder palpar su esquicia realidad.
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